Una polémica ley, contestada por los sindicatos, acaba de ser aprobada por el Congreso de Brasil, donde se discutía desde hace 30 años: la que permite crear empresas con un solo socio y separar el patrimonio de dicho socio del de la empresa. La ley debe ser ahora refrendada por Dilma Rousseff pero los sindicatos ya le han pedido que la rechace. Según algunas centrales sindicales, la nueva ley puede abrir el camino para la reducción de los derechos de los trabajadores.
Severo Quintino, secretario general de la Central Única de Trabajadores (CUT), afirma que las empresas podrían forzar a los trabajadores a pedir la baja para después ser contratados como prestadores de servicios en esa figura de empresarios individuales. Por el contrario, Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de las Industrias (CNI), considera que la nueva ley es positiva ya que "estimulará a las personas a seguir actuando en el mercado" y añade: "Tenemos que mejorar la capacidad de los trabajadores brasileños para convertirlos en empresarios".
Lo cierto es que Brasil es uno de los países con mayores dificultades burocráticas para abrir y, sobre todo, para cerrar una empresa, que en este segundo caso puede exigir hasta 10 años de papeleo. Sin embargo, por paradójico que pueda parecer, los brasileños tienen una fuerte vocación de convertirse en pequeños, medianos o grandes empresarios, hasta el punto de que en este momento, con 21 millones, es el país del G20, con mayor número de empresarios.
Los sindicatos ven con malos ojos que, por primera vez, una ley permita separar el patrimonio personal del empresario del de su empresa, ya que, según ellos, en caso de deudas de la compañía solo la figura jurídica sería responsable. El senador Francisco Dornelles, que fue el relator del proyecto de ley aprobado, recuerda que la ley prevé que el capital social de la empresa de responsabilidad limitada no podrá ser inferior a 54.000 reales (23.000 euros), es decir, 100 veces el valor del salario mínimo.